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Por muchas décadas, la receta para el éxito
en el puesto tenía dos ingredientes: habilidad
y ambición. Para ser exitoso en el trabajo, se tiene que tener algún talento
o habilidad que las organizaciones valoren y tiene que ser una persona
confiable y muy trabajadora con cuyo desempeño se pueda contar. El cambio en la
naturaleza del mundo del trabajo ha introducido otros dos criterios, así que
ahora la receta tiene cuatro ingredientes.
Aún debe tener alguna habilidad y aún debe
ser una persona muy trabajadora, pero también debe aceptar el cambio y tener
buenas habilidades interpersonales. Es importante aceptar el cambio porque el
mundo del trabajo está evolucionando con un ritmo rápido. Las nuevas
tecnologías, la presión de la competencia y la necesidad de desarrollar nuevos
productos y servicios requieren que los trabajadores se adapten a condiciones
que cambian de forma continua.
Los trabajadores que se resisten a cambio no
serán tan exitosos como aquellos que encuentran formas de ajustarse a él.
Además, debido a que muchos puestos en la actualidad implican que los empleados
interactúen con compañeros de trabajo en equipos y con clientes, se le da una
prioridad alta a la capacidad para comunicarse en forma efectiva y llevarse
bien con todo tipo de personas. Los puestos en los que los empleados funcionan
en aislamiento relativo se están volviendo cada vez más escasos.
La naturaleza cambiante del trabajo ha
variado la importancia de la
comunicación y la sociabilidad de unos cuantos puestos a muchos puestos en
nuestra economía. En el siglo actual los empleados más exitosos serán aquellos
que tengan una habilidad valorada, trabajen duro, se adapten a las condiciones
que cambian con rapidez y tengan buenas habilidades interpersonales.
Artículo extraído de:
M. Muchinsky Paul (2007) Psicología aplicada
al trabajo, Ed. Thomson.